Juguetes raros de autor y teclados que hacen ruidito
Dos bucles de Internet que me atraparon hasta que salió el sol.
Cuando leas esto (dramática), serán las tres de la tarde del primer domingo de verano en los Países Bajos. Sé que, por calendario, no es verano, pero aquí una semana de buen tiempo convalida como tal. Tampoco tenemos muchas. Yo estaré en una terraza, o en un parque. No sé si tú estarás bajo el sol o buscando la sombra, pero espero que estés muy bien.
Esta es una carta sobre dos cosas que me han llenado el ojo en las últimas dos semanas. Son ambas algo geek, como esta extensión de las Cartas contra la Humanidad que regalé hace poco y que aún no he probado. Sólo estoy mirando, pero me gusta lo que veo. Espero que a ti también.
Juguetes bootleg para modernas y modernos
Crecí rodeada de juguetes bootleg. También tú. Vuelve conmigo un segundo al verano del 99 y ubícate en una feria. Busca la caseta donde venden garrapiñadas (mi olor favorito) y juguetes. Piensa en la Nancy llamada Wancy, en el Mickey Mouse pocho que te recibe a la entrada de un hinchable o en la Sirenita un tanto bizca que alguien pintó junto al tren de la bruja. Ahí los tienes: los bootlegs de tu pueblo, los de toda la vida.
Los juguetes falsos son objetos de culto entre ciertos sectores del modeneo de Internet. Simplemente son versiones pochas de otros juguetes. Al principio, esto era orgánico: los coleccionistas compraban por las risas un Messi algo chusco de feria y le sacaban una foto. Ahora, es algo intencional: las marcas los fabrican ad hoc y se consideran piezas de coleccionista.
Aunque sea algo irónico de Internet, esto no es una cosa de la Gen Z. Es más bien millenial. A la primera persona a la que oí hablar del tema fue a Borja Prieto (el del fancine Yoyó/el grupo Meteosat/la agencia Está Pasando/el podcast Los Prieto Flores). Este hombre no sólo tiene una colección loquísima de juguetes bootleg en casa, también tiene su propia marca. Desde Prieto Toys ha creado a Bart Bunny, B-Tangana y Rosalisa. A ti no sé, a mí esto me hace cierta gracia.
Me gusta mucho el trabajo de un artista que se llama Shippai64 (en Instagram, en su DNI ya no sé). Se dedica a crear juguetes de figuras tristes de la cultura pop. Ha colaborado con Prieto Toys para sacar un juguete del grupo Parálisis Permanente. De su colección me flipan la figura del diablo del Devil Came to Me de Dover, un Nacho Vegas seriote al hilo de su último disco y el monstruito de Hijos del Divorcio, el último de Confeti de Odio.
Shippai64 también tiene su versión de C Tangana. A mí es que el original ya me parece un poquito bootleg.
Tocando muchas teclas
Busco un teclado nuevo. Hace poco encargué un ordenador, y con la elección ya agoté la paciencia de varios amigos. Así que tuve la idea de preguntarle a TikTok. Preguntar ahí me ha quitado los 10 años que me había echado a la espalda por tirar de teclado de portátil. Además, me abrió la puerta a un mundo maraviloso: el de TikTok Teclados Kawaii.
Resulta que hay una facción de esta red social que se dedica a comprar, desmontar, pintar y volver a montar teclados mecánicos (de los viejos, vaya) y combinarlos con cosas bonitas. Cuidan la paleta de colores de las teclas, la combinan bien con el tapete que va debajo y se aseguran de montar bien la espuma del matcha que ponen al lado. Luego, asoman su manicura perfecta y se ponen a teclear como taquígrafos desquiciados. Substack no me deja embeber vídeos, pero si entras a la cuenta de Instagram de la foto verás a qué me refiero.
No puedo parar de mirar estos clips. Si, de camino, están intentando convencerme de algo vía subliminal, ya estoy dentrísimo. Muchas de estas creadoras tienen sus propios negocios de customización. Como no tienen TANTO que escribir, reforman teclados y los venden por el módico precio de una bendita sablada. Algunas les ponen hasta teles con escenitas kawaii, por si quieres distraerte un rato mientras performas concentrarte muchísimo.
Mientras navegaba por este inquietante mundo, un amigo me recomendó los teclados Keychron. Son robustos, inalámbricos, y vienen con recambio para adaptar a Mac y a teclas españolas. Pero son muy, muy ruidosos. Lo suficiente como para volver loco al personal de una oficina compartida.
Finalmente, probaré el inalámbrico para pijas de Logitech. No hace tanto ruido y es bastante mono. Me lo recomendó TikTok BookTube. Dicen que va muy bien.
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Gracias por dedicar a esta carta un tiempo precioso en este día de sol. Te escribo en dos semanas, creo que para hablar de un sitio. Disfruta del domingo.
Foto de portada: Osume via Instagram.